El concepto de resiliencia aplicada a la ciudad puede definirse como la capacidad de un sistema urbano para absorber y recuperar sus funciones tras un desastre o incidente. De este modo, se reinterpreta el modo de pensar sobre el ecosistema urbano y sus disrupciones. En un contexto de profundos cambios sociales y tecnológicos, Berger-Levrault escucha a las ciudades y acompaña sus cambios, ayudándolas a mutar para hacerlas más inclusivas, ganar en eficiencia, resiliencia y atractivo.
Lo que el Grupo comparte con las administraciones locales, más que un panel de herramientas, es una visión.
Las ciudades atraviesan un período complejo: evolución del marco reglamentario, redistribución de las competencias, presupuestos limitados, cambio climático, etc. Así pues, para reinvertarse y desarrollar las nuevas prácticas que la situación requiere, las ciudades necesitan contar con el apoyo de socios que comprendan los retos a los que se enfrentan a la hora de ofrecer a los habitantes un entorno seguro y confortable, adaptado a los múltiples cambios. Este concepto, conocido como «ciudad resiliente», trae aparejados numerosos cambios, tanto en materia de gobierno como de gestión de las operaciones.
Y la tecnología digital es un elemento primordial de esta redefinición de la ciudad. En una ciudad más inteligente y comunicativa, las instituciones son capaces de registrar con mayor rapidez los elementos del territorio, inventariarlos y priorizarlos, así como organizar acciones en torno a ellos, ahorrando recursos.
Berger-Levrault permite a las ciudades dotarse de unas soluciones de gestión adaptadas y plataformas al servicio de los usuarios, ayudándolas así a anticipar los cambios, organizarse de otra manera y dirigir las operaciones con mayor eficacia.
Berger-Levrault se ha interesado desde el principio en estos nuevos enfoques, que propone a las administraciones locales en todos sus ámbitos de competencia. A modo de ejemplo, la empresa ofrece soluciones de mantenimiento predictivo, para detectar las anomalías antes de que se produzcan, inspirándose en las tecnologías utilizadas en el ámbito industrial para anticipar fallos. Asimismo, desarrolla sistemas de gestión para controlar los equipos, mediante la recogida de sus características y el lanzamiento automático de las intervenciones en los casos necesarios. La empresa utiliza por otra parte el IoT (Internet de las cosas) para gestionar los espacios públicos -una farola que sólo se enciende cuando es necesario, la calefacción de un aula que se pone en marcha cuando hay personas en ella, etc.-.
Todas estas soluciones, configurables, se desarrollan para que puedan adaptarse a la organización de cada ciudad o intermunicipalidad, en caso de competencias compartidas. Además, integran aplicaciones móviles que permiten a los agentes transmitir la información incluso durante los desplazamientos.
Berger-Levrault ha echado por tierra el preconcepto según el cual, dada la especificidad de la legislación, el sector del software para las administraciones locales debía necesariamente ser nacional. Gracias a la puesta en común transversal de su saber hacer y a su profundo conocimiento de los actores locales en los países en los que está implantada, la empresa se asocia a la visión prospectiva de las administraciones locales para poner en práctica sus proyectos de ciudad.