Según el Comisionado del Gobierno frente al Reto Demográfico, del Ministerio de Política Territorial, en su informe “Despoblación, Reto Demográfico e Igualdad”, el 50,96 % de la población española son mujeres. Sin embargo, esta cifra general encubre diferencias entre unos núcleos de población y otros dependiendo de su tamaño. Mientras en las ciudades predomina la población femenina -sobre todo en medianas y grandes a partir de los 100.000 habitantes-, hay un déficit de mujeres en los pequeños municipios, siendo mayor cuanto más pequeño es el municipio.
Los datos del Padrón Municipal de Habitantes, facilitados por el INE reflejan en el siguiente gráfico la correlación de población femenina y tamaño de municipio:
En España, el 60% de los municipios tiene menos de 1000 habitantes, y la realidad es que en la mayor parte del territorio nacional se ha producido un intenso proceso de masculinización y un evidente déficit de población femenina respecto a la estructura demográfica de los territorios.
Varias son las causas, pero podemos señalar dos fundamentales: el mercado laboral y el nivel educativo de la población en el medio rural.
En el ámbito rural, la población inactiva es más elevada que la media nacional y afecta en mayor medida a la población femenina, ya sea por las propias dificultades de incorporación al mercado de trabajo, por su menor retribución o por la dificultad de participación en puestos de control y gestión, que obligan a esta movilidad migratoria hacia las urbes.
Por otro lado, las menores posibilidades de garantizar un desarrollo educativo en el medio rural obliga a que la gente joven prefiera marcharse a la ciudad. Es en este aspecto donde encontramos importantes diferencias, ya que el número de mujeres universitarias en relación con los varones es muy superior, lo que supone un mayor esfuerzo y compromiso por parte de la población joven femenina en mejorar su formación y equiparar así las posibilidades de empleo en poblaciones más grandes.
Si es un hecho que hay una notable masculinización del medio rural y de sus pequeños municipios, hay otro fenómeno demográfico que acompaña a este déficit de mujeres: su envejecimiento. El interior peninsular no es sólo la “España Vacía”, es la España vacía de mujeres y, sobre todo, vacía de mujeres jóvenes y adultas. Pero estas mujeres por encima de los 65 años tienen una importancia crucial en el mantenimiento de la población rural y en la pervivencia del arraigo de las siguientes generaciones.
Según los datos del INE la diferencia entre el medio rural y el medio urbano, en términos de envejecimiento, es muy evidente en el siguiente gráfico:
Obviamente, el poder analizar la situación de cada territorio pasa por tener un completo sistema de estadísticas municipales sobre todos aquellos aspectos económicos y sociales que permitan desgranar la situación de las mujeres, su evolución y su propio ecosistema.
Esto permitirá a las administraciones proponer medidas y programas públicos para fomentar la integración económica, laboral, política y social de las mujeres en el entorno rural, porque, realmente, estas mujeres se comportan y se desarrollan de forma similar a las que viven en las urbes y necesitan que, tanto el sector público como el privado, aprovechen al máximo las grandes oportunidades que aún hoy ofrece el medio rural como generador de inversiones y empleo.
Por eso, obtener el máximo partido de los datos poblacionales sobre el territorio será determinante a la hora de mejorar los servicios, detectar necesidades y tomar decisiones que proporcionen bienestar y calidad de vida a los habitantes de los territorios rurales, ya sean hombres o mujeres, y conseguir así la verdadera igualdad de oportunidades.
Si necesitas ayuda para afrontar éste y otros retos en tu territorio, te invitamos a conocer nuestro Proyecto Reto Demográfico.
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